UNA TAREA DESESPERADA PARA UNOS MUCHACHOS VALIENTES
Cuando la máquina de guerra alemana empezó a quedarse corta de hombres, Arthur Axmann, el líder nacional de las Juventudes Hitlerianas recluto a sus muchachos para la defensa de Berlín. Axmann despachó a miles de voluntariosos pero mal preparados jóvenes ninguno tenía más de 16 años y algunos apenas cumplían los 12 años para respaldar a la tambaleante Wehrmacht.
Era una tarea imposible. Un Orgulloso Axmann informó al teniente general Helmuth Weidling, entonces al mando de un cuerpo acorazado al este de Berlín, que las Juventudes Hitlerianas iban a reforzar la retaguardia del ejercito que se enfrentaba a los tanques soviéticos en Müncheberg. Pero Weidling vio el trágico desperdicio y respondió a Axmann: "No puede usted sacrificar a estos niños por una causa que ya está perdida". Axmann aceptó revocar la orden.
En otros lugares, los jóvenes alemanes se enfrentaron a los blindados rusos. Cerca del Tiergarten, las columnas de tanques soviéticas avanzaron contra 400 jóvenes armados con Panzerfäuste, armas antitanques de un solo disparo. El general Vasili I. Chuikov, el comandante ruso, dirigió a sus hombres en busca de alguna forma de desarmar a los muchachos, pero sus intentos fueron vanos; los jóvenes se precipitaron contra los tanques, los rusos abrieron fuego y cayeron abatidos. Más tarde, el general Chuikov se lamentó ¿Quién puede enviar a unos muchachos tan jóvenes a una muerte segura? Sólo un loco.
Hechos prisioneros cuando los británicos se acercaban a Bremen, estos dos soldados tiene tan solo 14 años. |
De nuevo civiles, estos miembros de las Juventudes Hitlerianas capturados contemplan arder el montón de sus uniformes en la calle de Kronach. Pronto serán enviados de vuelta con sus familiares. |
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