Entre los siglos X y III antes de la era Cristiana los Olmecas extendieron su influencia desde México hasta Costa Rica, y levantaron centros ceremoniales o escuelas monumentales para venerar al dios jaguar.
En el Siglo XIX se descubrió una cabeza de piedra de varias toneladas de peso en la selva del litoral del golfo de México. Gracias a este espectacular hallazgo, toda una cultura, la primera gran civilización de América central, salió de tres mil años de olvido. Este pueblo de geniales esculturas recibió el nombre de los indios que habitaban el mismo territorio en el momento del descubrimiento de América: Los Olmecas, que significa hombres del país del caucho.
En realidad, no se sabe cómo se llamaban a sí mismos los primeros Olmecas y su historia está llena de enigmas. Vivieron entre 1200 y 400 a. J.C., pero desaparecieron en circunstancias poco claras y las recientes excavaciones arqueológicas del estado mexicano de Guerrero, en la costa del Pacífico, han planteado nuevas dudas sobre sus orígenes.
Los Yacimientos de la Selva
En los estados de Tabasco y Veracruz se extiende una región inhóspita limitada por las aguas del Atlántico y por estribaciones montañosas. San Lorenzo, en el río Chiquito, es probablemente el centro Olmeca más antiguo de esta región pantanosa.
Este asentamiento alcanzó su apogeo hacia 1200 a. J.C., pero como demuestran las excavaciones ya estaba habitado mucho antes de esta fecha. Sin embargo, hacia 900 a. J.C., San Lorenzo, que tenía un millar de habitantes, fue abandonado por razones desconocidas por La Venta, situado en una isla de Tonala, en la encrucijada de varias vías navegables. El establecimiento donde se levanta la pirámide mexicana más antigua llegaría a contar con 35 000 habitantes.
Sociedades Organizadas
Los primeros Olmecas de Tabasco y Veracruz que practicaban el cultivo sobre rozas, la caza y la pesca, llevaron una vida seminómada propiciada por la naturaleza exuberante, a la que se añadía la compleja trama de lagunas y canales que ponía a su disposición una cómoda red de comunicaciones. Los antropólogos suponen que se organizaban aldeas a partir de pequeñas comunidades y que, más tarde, el crecimiento demográfico y la acumulación de riquezas favorecieron la expansión de algunas de ellas, que evolucionaron hasta convertirse en centros más importantes, casi ciudades.
La Religión del Jaguar
La escultura Olmeca se identifica fácilmente por su impresonante gigantismo y por su delicadeza. Los artistas lograron tallar figuras en bulto redondo sobre piedra dura, basalto o jade, y representaron al jaguar de forma obsesiva. Este felino aparece en los bajorrelieves de altares monumentales, probablemente monumentos religiosos.
Los artistas esculpieron en basalto rostros humanos con rasgos negroides nariz achatada y labios carnosos con las comisuras hacia abajo, llevan pendientes en sus orejas agujereadas y un turbante o casco, como los jugadores de pelota. Sólo es posible hacerse una idea del aspecto físico de los Olmecas a partir de las esculturas, ya que no se ha encontrado ningún esqueleto debido a que la composición del suelo impide su conservación. Además de un rostro redondo, seguramente tendrían una silueta rechoncha y maciza, rozando en algunos casos la obesidad, aunque también se han encontrado imágenes muy diferentes de hombres barbudos, de nariz recta y boca de labios finos. Los hombres llevaban taparrabos o una especie de falta corta; las mujeres, batas y túnicas, con adornos de plumas o máscaras de animales y pectorales.
La Proyección Olmeca
Los yacimientos descubiertos han permitido a los arqueólogos conocer mejor civilizaciones suramericanas anteriores, como las de Valdivia en Ecuador o de Hormiga en Colombia. Los Olmecas, que no encontraban en la costa oriental obsidiana para sus herramientas ni jade para los objetos ceremoniales, comerciaron con las zonas ricas en minerales probablemente entregándoles a cambio objetos manufacturados. Por otra parte, la existencia de pinturas murales o de esculturas monumentales típicas indica de algunos yacimientos fueron colonias Olmecas, tales como Chalacaltzingo, en el estado mexicano de Morelos.
Volumen 2 Gran Enciclopedia Universal Larousse
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