La necesidad de comunicarse a pesar de eventuales lejanías es tan antigua como el hombre. El invento del teléfono hizo posible un planeta sin distancias. Hoy, los aparatos permiten realizar tareas más complejas que la simple transmisión de voz, datos e imágenes viajan también a través de ellos.
Alexander Graham Bell (1847-1922)
Nació en Escocia, se doctoro en medicina y, siguiendo la tradición familiar, se dedico a enseñar a hablar a personas con carencias auditivas y vocales. Emigró a EE.UU, y fue profesor de fisiología vocal en la Universidad de Boston. En una de sus experiencias observó que, al hablar ante una fina capa de metal, ésta vibraba de forma similar a la voz. Al colocar esta membrana cerca de un electroimán, el flujo eléctrico reproducía lo dicho, que podía ser transmitido por un cable.
Bell construyó dos aparatos pequeños con este sistema, uno para hablar y otro para escuchar . Y así se transmitió la primera frase de Bell a su ayudante, Thomas Watson, quien se encontraba en una habitación contigua. El propio inventor fue también el gran difusor de su hallazgo, pues realizó numerosas demostraciones en Estados Unidos y Europa.
Cronología
1876: Alezander Graham Bell inventa el teléfono y lo presenta en la Gran Exposición de Filadelfia.
1878: Se pone en funcionamiento la primera Central Telefónica en New Haven (Connecticut). Una operadora atendía a los primeros suscriptores interrumpiéndolos de vez en cuando, con la famosa clavija, para saber si habían terminado de hablar.
1884: La compañía Bell inaugura la primera línea de larga distancia entre Boston y New York.
1927: Primer servicio transatlántico entre Nueva York y Londres, mediante el empleo de una señal de radio. Las interrupciones son continuas.
1956: Se inicia el tendido de los primeros cables submarinos, los mismos que evitan los cortes y aumentan el número de conexiones.
1979: Suecia pone en funcionamiento el primer sistema de telefonía móvil. Al principio, se emplea en los autos.
Telefonía móvil
El primer sistema de telefonía celular nació en 1979 en Suecia, y fue puesto en marcha por la empresa Ericsson. Estos aparatos emplean ondas de radio de baja potencia para enviar su señal a una estación o célula local, de ahí su nombre.
Estas estaciones retransmiten las señales a los centros de conmutaciones, desde los cuales pueden viajar a otras estaciones de telefonía móvil o centrales convencionales. Su comercialización se expandió en los años ochenta. Hoy, su empleo es masivo, el tamaño de los aparatos es más cómodo y los usuarios siempre son localizados, sobre todo aquellos que utilizan la cobertura mundialque ofrece el sistema de los satélites.
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